miércoles, 4 de mayo de 2011

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Veo un anuncio de Rachel Weisz para Loreal. En él esta chica tan guapa habla del "stimulif", un ingrediente activo que reafirma su piel porque "ella lo vale" y porque estimula sus "8 liftantes naturales" y, tras terminar de verlo, se me cae el alma , ésa que no tengo , al suelo, convencido como estoy de haber asistido a la encarnación del mal absoluto en forma de anuncio. Este anuncio, me digo, es el mal absoluto, no los niños muriendo de hambre en Kenia, ni las ejecuciones con inyección letal en Texas, ni el gas sarín, ni siquiera Donald Rumsfeld. Nada de eso.El mal absoluto se presenta en forma de ingrediente activo porque él lo vale. El mal absoluto es una cremita que nos untamos cada día sin necesidad simplemente porque Rachel nos lo pide con esa carita de geisha pálida. Millones lo hacen cada día. Geishas recatadas, vampiros apolíneos, guerreros homoeróticos y vikingos superfolladores nos piden cada día que nos untemos cremita y compremos colonia y nosotros vamos y lo hacemos porque también lo valemos aunque no lo valgamos. Y eso, admitámoslo, es terrorífico, untarnos una cremita y creernos como Rachel, porque la verdad es que Rachel, al untarse cremita, nunca se ha sentido como nosotros.
¿ Con quién, pues, se identifica Rachel cuando se unta cremita? Nosotros esto lo desconocemos por completo. Vivimos a oscuras y compramos cremita. Quisiéramos saberlo, descubrir la verdadera cremita que se unta Rachel y en quién piensa cuando se la unta. Después del anuncio, nosotros ya no podemos evitar pensar en ti y en tus 8 liftantes, querida, pero tú tenías un margen y ahora ya lo has echado todo a perder.

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