jueves, 29 de septiembre de 2011
1030
Para los que piensan demasiado en ella, sólo hay un modo de que la vida les sorprenda: que alguien les elija, que alguien proyecte en ellos cosas que, en realidad, no existen pero que se hacen reales por la voluntad de otro, es decir, por algo absolutamente ajeno a la propia mente.
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