domingo, 29 de mayo de 2011
1023
viernes, 27 de mayo de 2011
1022
Si imposible es hacer tu vida como quieres,
por lo menos esfuérzate
cuanto puedas en esto: no la envilezcas nunca
en contacto excesivo con el mundo,
con una excesiva frivolidad.
No la envilezcas
en el tráfago inútil
o en el necio vacío
de la estupidez cotidiana,
y al cabo te resulte un huésped inoportuno.
Compañera de hoy, no quiero
otra verdad que la tuya, vivir
donde crezcan tus ojos,
dando tu luz, tu cauce
a lo que veo y siento...
Deshacer ese ovillo oscuro del temor,
encontrar lo perdido,
quebrar la voz del sueño...
Y lenta, lentamente
aprender a vivir,
de nuevo, de nuevo,
como en una mañana
cargada de riqueza".
miércoles, 25 de mayo de 2011
1021
martes, 24 de mayo de 2011
1020
lunes, 16 de mayo de 2011
1019
El daño que ha hecho el mito de la ciencia puede rastrearse en el conocimiento que tenemos de los demás, en la lupa analítica que solemos aplicar a las personas que decimos conocer. Siempre hay alguien que intenta corregirte y darte una visión menos sesgada , un punto de vista que intenta obviar el contacto. Lo que te voy contar , vienen a decirte, no te lo digo porque conozca al sujeto en cuestión: te lo digo porque es lo que creo. Tanto es así que, poco a poco, sin que ningún miembro de la familia lo pretenda, se va creando una pila de desechos intersubjetivos que terminan constituyendo la imagen pública de cualquiera. Esta rémora, como todas las construcciones sociales, tiene tendencia a retroalimentarse y es por eso que hay días en que te descubres a ti mismo combatiendo opiniones singulares de científicos sociales y refutando tesis holísticas sobre tu persona. Esto, sin embargo, no nos debería preocupar demasiado. La ciencia, como los antidisturbios, tiene tendencia siempre a darte con la porra de la intersubjetividad. El sadismo que deberíamos agradecer en cambio, es el de petit comite pues sólo allí se empieza a decir algo real sobre nosotros. La gente que ha llegado a conocernos , si es que realmente ha llegado a hacerlo, jamás se atreverá con la traducción pues el verdadero cosmopolita nunca abandona el petit comite para marcharse al foro. Hay, pues, dos preguntas esenciales que deberíamos hacernos cada vez que alguien disfruta demasiado pasando de lo particular a lo universal en nuestra presencia. La primera, obviamente, es dónde está la porra. La segunda es: " ¿ conozco yo a este tío de algo?".