domingo, 21 de agosto de 2011

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El 99 por ciento de lo que se escribe en los blogs es basura ( éste , por supuesto, no se excluye). Es una basura que tiene el valor de todo lo biográfico pero que sigue siendo basura. Ocurre, claro, que alcanzar cierta notoriedad te confiere cierto poder para disimularla pues todos, inconscientemente, creemos que la basura de Picasso es mejor que la nuestra. El respeto que nos inspira una figura es siempre inmediatamente proyectado hacia lo que hace y todos, a nuestra manera , estamos necesitados de figuras. Llegamos a conocer a alguien, o a leer a alguien, nos gusta su actitud o lo que escribe y , de repente un día, nos plantamos, hipostasiamos el asunto. Es entonces cuando nos convertimos en seguidores y comenzamos a alimentar el monstruo de la vanidad.Sin embargo , el arte y con él todo lo valioso ha de ser por fuerza una falta de respeto. Si fuera la norma, deberíamos desconfiar del agitador que insiste en meter el dedo en el ojo para señalarse, pero la norma es integrarse en los vicios de la comunidad. Lee uno blogs donde la simbiosis entre el autor y los que comentan es tan delirante que cuesta distinguirlos. Añoramos entonces al agitador que tense la cuerda porque nos cuesta aceptar que la comunicación pueda ser algo tan laxo. ¿ Cómo entonces encontrar este equilibrio? Lo cierto es que este equilibrio rara vez se alcanza.

La cuerda floja es un desafío permanente para toda aquel que intenta cruzarla y requiere dedicación exclusiva.Por eso el 99 por ciento de lo que se escribe en los blogs ( incluido éste) es basura. Hace falta gente valiente a ambos lados: escritores que ejerzan fuerza y comentadores que se resistan. Pero no es el caso, solemos acomodarnos en nuestras posiciones, y, por otro lado, vivimos con la esperanza genuina del reconocimiento. La mayor parte del tiempo no podemos conjugar ambas cosas. Hay algo laxo en todos nosotros y por eso el 99 por ciento de lo que se escribe en los blogs ( incluido éste) es basura.

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